lunes, 6 de agosto de 2012

Exitoso uso de células madre en un caso de labio leporino

-Martes, 21 de abril de 2009-  
Una pareja de odontólogos guardó el cordón umbilical al nacer su bebé, quien padecía una malformación en el paladar. Tras dos operaciones aseguran que el nene, hoy de nueve meses, quedó sin secuelas
Una pareja de odontólogos guardó el cordón umbillical al nacer su bebé, que padecía labio leporino y una malformación en el paladar. Tras dos operaciones en las que se usaron células madre los padres aseguran que el nene, hoy de nueve meses, se recupera exitosamente y que incluso quedó sin secuelas.
El caso, registrado por el diario Clarín, es protagonizado Marcelo Ortega y su mujer, Carolina, dos odontólogos que se enteraron en la ecografía del cuarto mes que el bebé que iban a tener nacería con labio leporino y fisura de paladar. Lo paradójico del caso es que el padre del bebé se dedica, desde hace dos décadas, a la cirugía maxilofacial.
Marcelo cuenta que no hay caso registrado en el mundo que sea parecido al de su hijo, Martino, quien fue operado del labio a los siete días de nacer y a los cuatro meses le hicieron el cierre del paladar. En esta última cirugía le injertaron células madre del cordón que guardaron en el parto.
"Está claro el uso de células madre en la formación de tejidos. Y por eso lo hicimos, para que se regenerara lo más rápido posible. A Martino no le quedó ninguna secuela en el paladar. En general, a los chicos les quedan cordones transversales que provocan alteración facial e impiden que se expanda el maxilar, provocando problemas en la dentadura. Martino no tiene rastros", planteó Marcelo al diario.
Si bien hay un banco público de células madre que funciona en el hospital Garraham, son pocos los que hoy donan el cordón umbilical del bebé y menos aún los que pagan importantes precios a bancos privados para su preservación.

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